El Congreso Mundial de Arquitectos 2023 de la UIA invita a arquitectos de todo el mundo a reunirse en Copenhague del 2 al 6 de julio para explorar y comunicar cómo influye la arquitectura en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Durante más de dos años, la Vía de la Ciencia y su Comité Científico internacional han estado analizando las diversas formas en que la arquitectura responde a los ODS. El trabajo ha dado lugar a la formulación de seis paneles científicos: diseño para la adaptación al cambio climático, diseño para repensar los recursos, diseño para comunidades resilientes, diseño para la salud, diseño para la inclusión y diseño para asociaciones para el cambio. En 2022 se envió una convocatoria internacional de ponencias y 296 de las más de 750 presentadas, procedentes de 77 países, han sido invitadas a presentarlas en el Congreso Mundial de Arquitectos de la UIA 2023, que se celebrará en Copenhague. ArchDaily colabora con la UIA en la difusión de artículos relacionados con los seis temas para preparar la apertura del Congreso.
En este tercer reportaje, nos reunimos con los copresidentes de Diseño para comunidades resilientes Anna Rubbo, investigadora principal del Centro de Desarrollo Urbano Sostenible (CSUD) de la Escuela del Clima de la Universidad de Columbia, y Juan Du, profesor y decano de la Facultad de Arquitectura, Paisajismo y Diseño John H. Daniels de la Universidad de Toronto.
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La resiliencia en el contexto de la arquitectura y el entorno construido es una noción amplia y compleja. En su opinión, ¿cuáles son las consideraciones más urgentes que hay que abordar y cómo se han reflejado en su trabajo con el grupo de expertos?
Anna Rubbo y Juan Du: La resiliencia es una noción amplia y compleja. Al igual que la palabra sostenibilidad, está sobreutilizada y a punto de perder su significado. En su definición más amplia, es la capacidad de resistir y recuperarse de las dificultades, que puede aplicarse a las personas, la naturaleza, las opciones materiales y el diseño de edificios o paisajes, en entornos que pueden ser urbanos o rurales. Al reflexionar sobre el diseño de comunidades resilientes, hemos intentado dar un significado útil a la palabra, centrándonos en el nexo entre las personas y su interacción y experiencia con la arquitectura y los entornos construidos y naturales. Desde este punto de vista, uno gravita inmediatamente hacia cuestiones de equidad, entre las que no es la menor el impacto del cambio climático en las personas, pero también en el planeta. Al desarrollar los parámetros iniciales para el diseño de la convocatoria de ponencias para el Congreso de Comunidades Resilientes —y en el contexto del tema del Congreso "No dejar a nadie atrás"— ha quedado claro que el cambio climático, Covid y las convulsiones políticas de muchos países ponen de manifiesto desigualdades sociales, económicas y medioambientales que amenazan a las comunidades de todo el mundo. Como escribimos en nuestra convocatoria de ponencias de 2022, estas fallas afectan de forma desproporcionada a los pobres, a la gente de color, a los marginados racial y étnicamente, y a las mujeres. Por lo tanto, es importante que las iniciativas de resiliencia trabajen con las comunidades y las empoderen — en lugar de imponerles enfoques de arriba abajo — en los esfuerzos globales para hacer frente a las adversidades inevitables.
¿De qué manera cree que el compromiso con los 17 ODS de la ONU puede contribuir a la investigación y las prácticas arquitectónicas? ¿Qué opina sobre cómo podemos aumentar y apoyar una comprensión y un compromiso continuos con el papel activo de la arquitectura en el impulso de la transformación sostenible de nuestras sociedades?
Anna Rubbo: En mi opinión, el compromiso con los ODS puede ser muy beneficioso para la enseñanza, la investigación y la práctica de la arquitectura. Adoptados en 2015 por 193 países, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas ofrecen una hoja de ruta hacia un futuro más sostenible. En su amplitud — con el Objetivo 1 (No a la pobreza) y el Objetivo 17 (Asociaciones para los Objetivos) como sujetalibros — los objetivos intermedios proporcionan objetivos útiles para las profesiones del diseño y una importantísima "ayuda-memoria", una lista de control si se quiere que permite un enfoque más profundo e interdisciplinar del diseño que la mayoría de las certificaciones de sostenibilidad. Yo sugeriría que una buena puntuación LEED u otra ya no es suficiente para que los profesionales del entorno construido se duerman en los laureles. Esto parece especialmente cierto en lo que respecta a la transformación general necesaria para que las comunidades sean resilientes. La adopción de los ODS también permite un lenguaje común en todos los sectores, lo que supone una enorme ventaja a la hora de hacer frente a los retos mundiales e impulsar la transformación sostenible en todas las zonas geográficas. En mi opinión, la mayor ambición de la UIA 2023 CPH, "hacer de la arquitectura una herramienta central para lograr los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU", es un paso en la dirección correcta para permitir esa transformación.
Juan Du: La arquitectura, en la práctica y en la teoría, ha dado forma a cómo vivimos y a lo que consideramos hogares, pueblos y ciudades ideales, y tenemos responsabilidades y oportunidades para contribuir colectivamente a nuevas ideas y prácticas que frenen o incluso inviertan los peligros globales. Abordar los retos de un futuro sostenible es fundamental para la investigación y la práctica de arquitectos, diseñadores y educadores de todo el mundo. Los ODS de la ONU son un marco y un recurso útiles para que las personas y las organizaciones puedan abordar la complejidad de los retos a los que nos enfrentamos, desde los medioambientales y sociales hasta los económicos y políticos, pasando por los espaciales y materiales. Sin embargo, los ODS deben considerarse puntos de partida más que objetivos, ya que el camino hacia la transformación sostenible de nuestras ciudades y comunidades pasa por la adaptación de los contextos, economías y culturas locales específicos.
Los retos a los que se enfrentan las personas y las comunidades — y los recursos disponibles para afrontarlos — varían considerablemente según las geografías y las sociedades. ¿Cuáles han sido sus reflexiones sobre el intercambio de conocimientos a través de estas diferencias de condiciones? ¿Qué reflexiones le han suscitado los intercambios de conocimientos prácticos y de investigación entre distintas culturas del conocimiento?
Anna Rubbo: Existe una enorme variación entre geografías y sociedades en lo que respecta a la capacidad de afrontar los retos para que las comunidades sean resilientes. La voluntad política debe ser una de las prioridades, pero también lo deben ser las microcircunstancias a nivel de barrio. Los "ismos" pueden sofocar o promover el cambio. En muchos países desarrollados, el NIMBYismo (not in my backyard, "no en mi patio trasero") puede enfrentarse al YIMBYismo (yes in my backyard, "sí en mi patio trasero"), dando lugar a menudo a un bloqueo que puede impedir o permitir, por ejemplo, una iniciativa de compostaje o el aumento de la densidad de viviendas y la mezcla social. El intercambio entre diferentes culturas del conocimiento es crucial para comprender las diversas geografías. Citando un viejo adagio, el conocimiento es poder. Internet y ahora la IA ofrecen muchas vías de conocimiento más allá de los ámbitos tradicionales y aislados; una cuestión clave para las disciplinas del diseño es qué hacer con el conocimiento. ¿Cómo podemos aprender a escuchar lo que tienen que decir las personas más afectadas? ¿Cómo respetar todas las culturas?
Juan Du: Este aspecto es quizá el mayor reto de un enfoque global como los ODS de la ONU. Por mi experiencia de trabajo en Asia, Europa y Norteamérica durante las dos últimas décadas, existen grandes diferencias entre las distintas culturas y percepciones sobre las necesidades y los retos más acuciantes para lograr la sostenibilidad social y medioambiental. Sin embargo, el intercambio de conocimientos es absolutamente necesario en todas las geografías, ya que algunas de las ideas y prácticas más innovadoras se están produciendo en localidades que tradicionalmente consideramos como problemas en lugar de fuentes de soluciones e innovaciones, como la derivación de principios de comunidad y asequibilidad para los asentamientos informales con el fin de reexaminar cómo estamos planificando y diseñando viviendas sociales públicas en ciudades y regiones más desarrolladas.
¿Cuáles son los avances más interesantes y los movimientos más prometedores que ha detectado en los trabajos presentados al Panel 3: Diseño para comunidades resilientes?
Anna Rubbo: Fue emocionante recibir tantos artículos de todo el mundo sobre los subtemas que identificamos como fundamentales para que las comunidades sean resilientes. En nuestra convocatoria de ponencias, pedimos a los autores que tuvieran en cuenta los ODS. A lo largo de 12 sesiones, los días 3, 4 y 5 de julio, los autores presentarán ponencias sobre cinco temas que constituyen los capítulos de la próxima publicación de Springer, Design for Resilient Communities. Estos temas son Los ODS y la vida cotidiana, Las personas como socios, La crisis mundial y el diseño de la resiliencia, La vivienda y el derecho a la ciudad, y La educación en diseño y las comunidades resilientes. En muchos de ellos hay avances interesantes, pero, en general, el imperativo actual es luchar por entornos equitativos a través de un buen diseño. Esto significa que tenemos que: trabajar con las comunidades como socios; respetar los conocimientos locales; descolonizar la educación y la práctica; persistir en el intento de proporcionar viviendas adecuadas, seguras y asequibles, y aprovechar las herramientas digitales que mejor pueden apoyar a las comunidades resilientes.
Juan Du: Entre los trabajos presentados para el diseño de comunidades resilientes, había una gran variedad de temas, métodos de investigación, teorías y escalas de intervención. El tema de la vivienda y el derecho a la ciudad fue el que recibió un mayor número de ponencias procedentes de más países — lo que pone de manifiesto la importancia de la habitabilidad, la calidad y la asequibilidad en lo que respecta a la sostenibilidad comunitaria y urbana. En su conjunto, los trabajos rompen las fronteras de lo que convencionalmente se define como arquitectura sostenible o diseño comunitario. Los trabajos demuestran la capacidad de acción de la arquitectura y la voluntad de diseñadores y académicos de comprometerse con las prácticas y políticas humanísticas, urbanas, regionales, nacionales y geopolíticas que afectan a las comunidades.
¿Qué espera que los delegados del Congreso se lleven del Congreso Mundial de la UIA 2023 CPH y qué legado espera ver del evento?
Anna Rubbo: Los seis temas desarrollados por el Comité Científico han dado forma a la programación del Congreso, desde las ponencias de la Sección Científica hasta las conferencias magistrales, los debates y las sesiones Next-Gen. Mi esperanza para el Congreso es que los delegados aprendan mucho sobre los seis temas de todas estas fuentes, se lleven ese conocimiento a casa, escriban artículos, den charlas y compartan los conocimientos adquiridos en sus comunidades más amplias. Mi esperanza es que también pasen a la acción: en sus oficinas, escuelas y comunidades. Maimunah Sharif, Directora Ejecutiva de ONU-Hábitat, la organización encargada de promover las ciudades sociales y medioambientales, reta con frecuencia a la comunidad mundial a pasar a la acción. En su opinión, ya ha pasado el momento de limitarse a hablar: debemos pasar a la acción. Así que para mí, una pregunta clave es: ¿Lograrán los delegados cambiar las cosas en casa? ¿Aplicarán los ODS en sus propias comunidades? Si la práctica del diseño, la investigación y la educación asumen la amplitud de los ODS como se pretende, será un legado impresionante. Si gracias a su exposición a los ODS en el Congreso más arquitectos presentan proyectos en la próxima ronda del Premio UIA-ONU Hábitat 2030, también será un logro importante.
Juan Du: También espero que el Congreso tenga un impacto duradero en términos de información y capacitación de los participantes, y de construcción de comunidades locales y globales en el proceso. Los esfuerzos individuales, en prácticas, aulas y estudios, serán fundamentales para fomentar la resiliencia presente y futura, pero es esencial un cambio coordinado y generalizado por parte de las disciplinas de la arquitectura y el diseño si se quiere lograr una sostenibilidad y seguridad reales. Me gustaría que de este evento surgieran redes de intercambio y futuras colaboraciones, y que con el tiempo se generaran suficientes conocimientos y experiencia para mejorar potencialmente los ODS de la ONU mediante los esfuerzos colectivos de arquitectos, diseñadores y académicos sobre el terreno. Estos avances harían de la UIA 2023 CPH un encuentro de gran trascendencia, quizás incluso un punto de inflexión.
Mantente atento/a a la colaboración con el Congreso Mundial de Arquitectura 2023 de la UIA y a nuestra cobertura de Copenhague, Capital Mundial de la Arquitectura de la UNESCO para 2023.
